MUJA – Museo del Jurásico de Asturias

El MUJA, un edificio emblemático

El Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) es un singular edificio con forma de huella tridáctila de dinosaurio, que acoge una muestra muy completa del JURÁSICO ASTURIANO.

La costa de los dinosaurios

Levantado en la rasa de San Telmo, entre las localidades de Colunga y Lastres, el MUJA se encuentra en un punto estratégico de la denominada Costa de los Dinosaurios. Este sector del litoral asturiano, que discurre desde Gijón hasta Ribadesella, guarda los vestigios de unos seres extintos que poblaron nuestra región hace unos 154 millones de años, durante la última parte del Jurásico.

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A lo largo de este tramo de costa pueden visitarse nueve yacimientos de icnitas de dinosaurios.

La exposición permanente del MUJA

El edificio consta de tres grandes áreas, cada una de las cuales está dedicada a uno de los periodos en los que se divide el Mesozoico: TRIÁSICO, JURÁSICO Y CRETÁCICO.

A lo largo del recorrido por la exposición, en la que el hilo conductor es el tiempo, se ofrece una amplia información sobre distintos aspectos de la vida de los dinosaurios, grupo particular de reptiles terrestres que aparecieron hace unos 230 millones de años, extinguiéndose, en su mayoría, hace 66 millones de años.

El conjunto se complementa con tres módulos más: uno dedicado a explicar algunos aspectos generales sobre la geología y la paleontología, y los dos restantes a la historia geológica del Jurásico de Asturias y sus yacimientos de fósiles.

Sala del PREMESOZOICO

En esta sala está representado el tiempo transcurrido desde la formación de la Tierra, hace unos 4600 millones de años, hasta el final de la Era Paleozoica, hace 252 millones de años.

Entre otros aspectos figuran los primeros organismos que poblaron la Tierra, indicaciones para entender qué es y cómo se forma un fósil y los métodos para determinar su edad.

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También se incluye en este espacio una clasificación de los vertebrados y sus relaciones de parentesco. El comienzo de la vida en la Tierra tuvo lugar hace unos 3500 millones de años; desde entonces nuestro planeta sufrió importantes cambios permitiendo su desarrollo y diversificación, mientras que otros resultaron perjudicados, conduciéndoles en muchos casos a la desaparición.

La extinción que se produce a finales del Paleozoico fue la más devastadora, dado que desaparecieron el 96% de los organismos.

Sala del TRIÁSICO

El TRIÁSICO, desde 252 hasta los 201 millones de años, constituye el periodo en el que aparecieron los dinosaurios. Esta sala muestra la biología de estos fabulosos reptiles que se reconstruye no sólo a partir de sus huesos, sino también de las huellas de pisada o icnitas, gastrolitos (piedras que ingerían algunos dinosaurios para triturar los alimentos en el estómago), coprolitos o excrementos fósiles, huevos y nidos. Además se pretende que el espectador sea capaz de diferenciar un dinosaurio de otros reptiles.

Como representantes característicos de este periodo se han elegido los dinosaurios más antiguos, mejor conocidos y de mayor tamaño de su época, que existieron en Europa, los Plateosaurus.

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Otro espacio de la sala se destina a los yacimientos de Montral-Alcover, situados en la Sierra de Prades (Tarragona).

En una de las paredes de la rampa perimetral de la sala se muestran, además, varios retratos de prestigiosos investigadores relacionados con el mundo de los dinosaurios.

Sala del JURÁSICO

El JURÁSICO constituye el periodo intermedio del Mesozoico y está comprendido entre los 201 y los 145 millones de años; el tercio final del mismo se considera una de las épocas de máximo esplendor de los dinosaurios, especialmente de los grandes saurópodos.

La información básica que se pretende transmitir al visitante en esta sala, se centra en la clasificación y en las relaciones de parentesco entre estos singulares reptiles representadas mediante un cladograma, así como en la definición de los rasgos más característicos de los principales grupos.

En el área dedicada a los saurópodos se hace especial hincapié en diversos aspectos anatómicos tales como el peso, sujeción del cuello, musculatura de los brazos, aparato circulatorio y tamaño relativo del cráneo.

El área de los terópodos está enfocado a los elementos ofensivos de los dinosaurios, principalmente dientes y garras.

La parte expositiva dedicada a los ornitópodos se centra en aquellos caracteres morfológicos más relacionados con su dieta vegetariana: hocico sin dientes, baterías dentarias, huesos del cráneo móviles, desarrollo de carrillos y presencia de pezuñas en los pies.

En el espacio dedicado a los tireóforos se contemplan los principales elementos defensivos de este grupo de dinosaurios frente a los depredadores: escudos óseos, espinas, mazas caudales, etc.

La parte central de la sala la ocupa el esqueleto de un Camarasaurus, dinosaurio saurópodo de gran tamaño, frecuente en los yacimientos del centro y oeste de los Estado Unidos. En torno al mismo, se reproduce, en un gran panel curvo, su aspecto en vida y el del ecosistema en el que estaba integrado.

En la pared de la rampa que rodea la sala central hay un espacio dedicado a los famosos yacimientos de Holzmaden en Alemania. En él se expone un panel retroiluminado que representa una reproducción del ecosistema de vertebrados marinos jurásicos entre los que se encuentran grandes reptiles como ictiosaurios y plesiosaurios, cocodrilos y peces. En una vitrina adyacente se muestran además las réplicas del esqueleto de un ictiosaurio (reptil pisciforme parecido a un delfín) y la de un lirio de mar o crinoideo.

Sala del CRETÁCICO

El CRETÁCICO, último periodo del Mesozoico, que abarca desde 145 hasta los 66 millones de años. En esta sala el visitante podrá obtener información sobre el comportamiento de los dinosaurios; sabemos, por ejemplo, aspectos de su reproducción (ponían los huevos en nidos) o sobre su comportamiento social.

Se aborda además aquí el tema de la extinción de la mayoría de los dinosaurios como consecuencia de un cúmulo de acontecimientos que tuvieron lugar a finales del CRETÁCICO: impacto de un meteorito, erupciones volcánicas e intensos cambios geográficos y climáticos. Uno de los espacios expositivos está dedicado expresamente al tránsito esntre los dinosaurios no avianos y las aves. Desde hace años se viene considerando a esas últimas como un grupo especializado de terópodos, hipótesis basada en las similitudes evolutivas que presenta el Archaeopteryx (ave primitiva) y ciertos dinosaurios como Deinonychus o Dromaeosaurus.

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Como representantes de este periodo, y ocupando el círculo central de la sala, se ha elegido a una pareja de Tyrannosaurus rex, uno de los mayores depredadores terrestres en la historia de nuestro planeta. En una de las rampas laterales de la sala se reproduce el excepcional yacimiento de Las Hoyas en Cuenca con una excepcional conservación de multitud de fósiles, entre los que destacan ciertas aves primitivas y restos óseos de algunos dinosaurios terópodos como Pelecanimimus.

Sala de Introducción al JURÁSICO ASTURIANO

Los afloramientos más espectaculares con rocas del Jurásico en la región se extienden de forma prácticamente continua entre Gijón y Ribadesella, en lo que se conoce como «La Costa de los Dinosaurios».

Las rocas se agrupan en conjuntos denominados formaciones. La representación gráfica de las mismas, ordenadas verticalmente de más antigua a más moderna, se conoce como columna estratigráfica. Cada Formación recibe el nombre de la localidad o accidente geográfico más cercano al lugar donde estas rocas muestran las mejores condiciones para su estudio; en el caso del JURÁSICO ASTURIANO serían Gijón, Rodiles, Vega, Tereñes y Lastres.

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La distribución de tierras y mares durante el Jurásico Inferior y Superior, así como la localización de Asturias en aquellos momentos, puede observarse en uno de los paneles retroiluminados de esta sala. A principios del Jurásico comenzó a disgregarse el supercontinente Pangea y se abrieron las primeras vías de agua entre los continentes norteamericano y euroasiático que constituyeron el embrión del actual océano Atlántico.

Los continuos cambios paleogeográficos que tuvieron lugar en nuestra región a lo largo de los 56 millones de años que duró el JURÁSICO condicionaron la alternancia de etapas en las que Asturias estuvo cubierta por el mar, ricas en fósiles de invertebrados y de reptiles marinos, con otras en las que la retirada del mar dio paso a ecosistemas terrestres y litorales dominados por dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces. En aquella época, los reyes indiscutibles del aire eran los reptiles voladores (pterosaurios).

¿Sabías que el conjunto de huellas de dinosaurios del MUJA representa la mejor colección de Europa y la tercera a nivel mundial en un museo? Esto se debe no sólo al excelente estado de conservación de muchas de ellas, sino también a su diversidad y al elevado número de ejemplares recolectados. En esta sala se pueden contemplar además algunas piezas excepcionales del Jurásico asturiano tanto de vertebrados (dinosaurios y otros reptiles) como de invertebrados.

Sala del JURÁSICO ASTURIANO

En el recorrido inicial de esta sala se muestran, a grandes rasgos los conjuntos de rocas (formaciones) y fósiles representativos de los distintos ambientes que existieron en Asturias durante este periodo del Mesozoico. Destacan aquí múltiples ejemplares de invertebrados como ofiuras, braquiópodos con petróleo, esponjas, bivalvos, ammonites, etc. También pueden contemplarse las impresiones de gotas de lluvia y diversas especies vegetales.

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La vitrina dedicada a los fósiles de vertebrados jurásicos exhibe una mínima parte de las huellas de pisadas y restos óseos que forman parte de los fondos del MUJA (se exponen cerca de 200 fósiles); este conjunto constituye el mejor y más completo registro fósil del territorio español para este periodo. Destacan especialmente las icnitas de estegosaurios, alguna con impresiones de la piel, relativamente escasas a nivel mundial, las huellas de reptiles voladores o pterosaurios, una ulna (equivalente a nuestro cúbito) de 1,25m. de longitud perteneciente a un enorme saurópodo, así como diversos huesos de estegosaurios, el esqueleto de un cocodrilo marino o el cráneo y caparazón de una tortuga. Además, en esta vitrina se expone la reproducción de un rastro de dinosaurio bípedo en el que se representan algunos parámetros útiles para reconocer diversos aspectos sobre las características y el comportamiento de estos fascinantes reptiles.

En otro de los espacios se muestra la aplicación industrial de algunos materiales jurásicos como el azabache, una de las joyas más preciadas en la cultura tradicional asturiana, o las variedades de roca utilizadas en la región, desde hace siglos, para la construcción de edificios.

La situación de los yacimientos de icnitas de «La Costa de los Dinosaurios» se puede contemplar en una fotografía aérea instalada sobre un panel retroiluminado.

Fuente: Libreto informativo del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA)

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